Toledo, España
Toledo es una de las ciudades de España más antiguas y con más historia. Las primeras noticias históricas de que se tienen conocimiento son del grande historiador romano Tito Livio ( la cita como Toletum en uno de sus escritos) que la describe como una ciudad pequeña pero con una posición estratégica, después de ello Toledo fue también capital del reino de los Visigodos e hizo parte del Imperio Musulmán hasta el año 1085 cuando fue conquistada por Alfonso VI de Castilla. Desde entonces ha sido centro cultural y religioso (su archidiócesis es la más importante de la península Ibérica, de hecho su arzobispo tiene el título de Primado de España) muy importante del Reino de Castilla y después del Reino de España. Desde Madrid dista a solo 40 minutos en autobús, por esto no quisimos perdernos la visita cuando estuvimos en la capital.
Llegando a la ciudad
Nos despertamos temprano por la mañana y aunque el clima no prometía nada bueno tomamos el metro hasta la central de autobuses en Plaza Elíptica. La terminal está muy bien organizada, los camiones parten para Toledo más o menos cada 30 minutos, hay maquinitas para comprar los boletos aunque también en el segundo piso encontrarán la taquilla, chequen en ambas partes y cómprenlo donde haya menos fila.
Llegando a Toledo nos dirigimos hacia las escaleras eléctricas (están a unos 400mt de la terminal) para subir hacia el centro histórico de la ciudad, en dos minutos más o menos se llega a Plaza Zocodover, en época islámica esta era la plaza del mercado, hoy en día es uno de los centros culturales y de encuentro más vivos de la ciudad.
Desde Plaza Zocodover pasan los autobuses que van hacia el centro o a la parte baja de la ciudad, pero sobre todo desde ahí se reúnen para partir los tours a pie. Caminando en pocos minutos se llega al Alcázar y se comienza a descubrir la belleza de esta ciudad.
Alcázar
El Alcázar es la ex-fortaleza de Toledo famosa por el sanguinario asedio durante la guerra civil. En ese período al interno existía la escuela de los oficiales del ejército, estos últimos se pusieron del lado del General Franco y resistieron al ejército republicano que los asediaban.
Ubicado en el punto más alto de la colina, el Alcázar domina la ciudad, a su interno se puede visitar la Biblioteca, la Academia Militar y el Museo del Ejército. Su construcción data al siglo III, luego pasa por varias restauraciones y modernizaciones hasta convertirse en lo que es hoy: Un verdadero símbolo de Toledo.
Los patios toledanos
Comenzamos a bajar de la colina paseando entre los edificios medievales y casi inmediatamente nos encontramos con uno de sus famosos patios: El corral de Don Diego. La cultura árabe ha influenciado profundamente Toledo y la arquitectura de sus edificios es lo que lo demuestra en su mayoría.
Cada puerta y portón abiertos son una ocasión para admirar los célebres patios, podemos notar que casi todos los edificios tienen uno que además están adornados con fuentes, jardines, setos, etc. A Maricruz le hacían recordar un poco a las casonas mexicanas. Entren a los que puedan, les aseguro que no se arrepentirán.
La Catedral de Santa María de Toledo
La Cattadrale di Santa Maria de Toledo fue edificada en 1226. Está considerada como la máxima expresión de la arquitectura gótica española, las decoraciones externas y las puertas esculpidas (una de ellas inspirada a las de Notre Dame de París) son un espectáculo, pero es entrando donde se darán cuenta de la inmensa belleza que la conforma. Las grandes naves, el coro, las diferentes capillas para rezar y sobre todo la riqueza de las obras maestras de Tiziano, Goya y Raffaello, un espectáculo verdaderamente único al mundo.
Es tan hermosa que cuando vimos que el tiempo mejoró de un cielo gris a uno azul brillante nos regresamos a fotografiarla nuevamente.
Ayuntamiento
Exactamente enfrente de la Catedral se encuentra el bonito Palacio del Ayuntamiento. Es curioso como en una misma plaza el poder civil y laico se enfrenta al religioso en una especie de lucha de poder (o se ayudan entre ellos, según del punto de vista); este es el encanto de Toledo: Si te das la vuelta es probable que te encuentres con una maravilla igual o más bella que la que tienes delante.
Luego de habernos dado una pausa para comer (en un horrible y muy turístico restaurante) nos damos cuenta de que el tiempo ha mejorado muchísimo, de la atmósfera triste y gris con la que habíamos visitado hasta entonces la ciudad no queda nada y en lugar de ello nos encontramos con un bellísimo cielo azul y un clima definitivamente mejorado. Entonces nos embarcamos en lo que amamos más cuando estamos en una lugar nuevo: Pasear entre las callejuelas sin una meta precisa.
Siendo honesto, el mapa que habíamos obtenido nos nos ayudó mucho, en Toledo de verdad se pierde uno! tantas son las calles con subidas y bajadas que se entrelazan formando una telaraña en la que a veces uno no tiene idea como salir.
Bajando hacia la puerta Antigua de Bisagra nos gozamos el sol y el paisaje formado de callejuelas e iglesias, un poco antes de la mencionada puerta encontramos también la iglesia de Santiago del Arrabal.
Santiago del Arrabal
Hay algunos escritos que datan esta iglesia ya en el 1169, aunque si la estructura actual pertenece al siglo XIII. La parte más antigua es la torre despegada del cuerpo de la iglesia, con una fabricación diferente del resto de la estructura, esta torre podría haber pertenecido al alminar de una mezquita. La estructura interna de la iglesia es hecha en arcos ojivales en ladrillos. El púlpito está hecho de yeso del siglo XIV, que, junto al retablo del siglo XVI merecen definitivamente una visita.
Puerta Antigua de Bisagra
El nombre de esta puerta deriva del árabe Bab shagra (puerta de fiesta) y es una majestuosa celebración de dos emperadores de la Dinastía Asburgo: Carlos V y Felipe II. Formada de dos grandes torres imponentes que protegen el Arco del Triunfo hecho en piedra y en el cual se entroniza el símbolo de la ciudad: El águila con dos cabezas.
Muy hermosas también las decoraciones internas, de notar que sobre las dos torres -a cada lado del águila- se encuentran esculpidos los dos soberanos, en la iconografía medieval esto era sinónimo de un buen gobierno.
Puerta del Sol
A esta hora nos sentimos ya parte de la ciudad y en toda comodidad pues el clima no podría ser más clemente. Subiendo nuevamente hacia la ciudad nos encontramos con la Puerta del Sol. Una puerta en es clásico estilo mudéjar, esto es, una mezcla del estile cristiano con elementos árabes. Los centros más grandes del arte mudéjar fueron Toledo, Sevilla y Zaragoza, esta puerta es solo una muestra de ello.
La muralla
El centro histórico está en su mayor parte rodeado de la muralla original que una vez que se traspasa y se entra en la ciudad parece realmente haber hecho un viaje en el tiempo. Grandes, robustas e imponentes, tenían la tarea de defender la ciudad de ataques enemigos. Toledo por su posición ha sido siempre difícil de conquistar, de hecho donde no estaba defendida por la muralla el río Tajo hacía las veces de protector. EI rey Alfonso VI de Castilla la conquistó no con una batalla, más llegando a un acuerdo con los ciudadanos: Lo toledanos quedarían libres de profesar la religión que prefirieran, por siglos Toledo fue un símbolo de civismo y de convivencia religiosa pacífica.
Subiendo hacia el Alcázar y siguiendo la muralla se encontrarán con calles como las de las fotos de abajo. Las callejuelas se acomodan sobre la colina llevando nuevamente hacia la Plaza Zacodover, esta es la parte donde de verdad te parece estar en otros tiempos, das una ojeada hacia dentro en los patios y te imaginas que dentro un rabí, un cura y un imán hablando de teología y explicándose entre ellos las bases de su religión.
Luego de haber visitado nuevamente la catedral por fuera (si, lo hicimos dos veces!), nos internamos en las callecitas del barrio judío y del barrio musulmán buscando la Iglesia de Santo Tomé, aunque luego cambiamos idea y continuamos el paseo hasta llegar al Monastero di San Juan de los Reyes. De allí a visitar la casa del grande pintor renacentista El Greco son solo un par de minutos. Es tiempo de regresar hacia la parte de arriba de la colina nuevamente y para ello nos encaminamos por las calles donde no podemos dejar de notar que entre las piedras del pavimento habían algunas cerámicas con símbolos judíos (el Menorá) y árabes, nos enteramos después que se usaban para dividir ambos barrios.
Toledo es una ciudad bellísima imperdible, inclusive la parte de los barrios judío y musulmán son un espectáculo. La ciudad está bien conservada, limpia y llena de arte y cultura, lo admito, me ha enamorado profundamente y me gustaría mucho regresar a descubrir los rincones que no logramos conocer. En pocas palabras, Toledo es todo menos una ciudad banal.
PSD: Como pueden ver en las últimas fotos, el clima no era del mejor cuando llegamos pero mejoró muchísimo después de la una, así que decidimos regresar a casi todos los lugares (especialmente a la Catedral) para tomar más fotos. Las cansadas subidas y bajadas valieron la pena porque las fotos con el cielo azul son -en mi opinión- mejores que las primeras.