Taormina, Sicilia

Hoy nos vamos a Taorminia. Nuestros amigos nos han propuesto de ir a visitar la ciudad que se encuentra a pocos kilómetros del pueblito donde estamos así que apenas desayunamos nos encaminamos hacia allá.

Nuestra primera impresión es la de una ciudad que parece haberse quedado en el pasado, es linda, tranquila, hay poca gente por la calle pero es solo el inicio, en realidad Taorminia es una meta muy turística y nos daremos cuenta de ello poco a poco que recorreremos sus calles.

Caminamos por sus callecitas gozando de la tranquilidad de estar ahí en una hora temprana. Los restaurantes aún no abren y si bien son ya casi las 10 de la mañana, la gente del lugar apenas si se ve por ahí. Me gusta todo, los colores cálidos de las casas, los balcones llenos de vida con sus macetas con flores, todo ello me pone de buen humos y agradezco de haber venido a esta ciudad.

Siendo una localidad turística, hay mucho negocio de souvenirs, los que más me llaman la atención son una especie de títeres, por ello le pregunto a Antonio (nuestro amigo siciliano) que como se llaman esos muñecos. Resulta que se llaman Pupi y se usan para representar obras de Ópera desde el siglo XIX, o sea, están llenos de tradición aunque últimamente los teatros donde se presentaban esas óperas han casi desaparecido y los Pupi se usan como simples objetos de decoración.

Además de los pupi, en Taorminia (como en casi todas las ciudades sicilianas) se pueden encontrar bellísimos objetos de cerámica y otros souvenirs como los carritos sicilianos y diferentes objetos de madera.

Llegamos hasta una calle peatonal bastante transitada, aquí es donde empiezo a darme cuenta que en realidad habíamos llegado al inicio a una parte menos aglomerada por los turistas. Aún y todo siendo solo Junio, se puede caminar tranquilamente por aquí y entrar a las diferentes tienditas del lugar.

Cuando era muy joven me gustaba ver una sección en una revista de actualidad que mostraba a gente famosa en sus vacaciones por las islas italianas, esta calle me recuerda esas fotos y yo me siento un poco Jackie Kennedy caminando por aquí, aún con la sencillez de esta ciudad, el glamour de los turistas se nota en todas partes.

En Taormina hay varias iglesias y edificios históricos para visitar,por ejemplo la iglesia de la foto de portada se llama San’Agostino y es de no perdersela. Otro lugar de no perderse es el muy famoso Teatro Griego, que nosotros si que nos perdimos porque estaban montando el escenario para un concierto de Zucchero y la verdad aunque era posible acceder, preferimos dejarlo porque no se nos antojaba para nada el sacarle fotos y/o visitar los palcos del escenario.

Continuamos nuestro paseo con todo y los contratiempos, la ciudad es tan linda y pequeña que no nos importa estar bajo el sol del mediodía porque cuando se está de vacaciones estas cosas importan muy poco. Nos detenemos a contemplar cada rincón una y otra vez, sacando fotos absurdas y disfrutando de cada minuto. Quien sabe cuando volveremos a este lugar.

En Taormina hay varios miradores desde donde se puede apreciar ese azul turquesa que solo el mar de Sicilia tiene. Nos sentamos en una de las mesitas afuera de un bar a tomarnos algo y a descansar un poco del sol intenso. Alguien pide un café, otro pide un agua, hay quien más pide una deliciosa granita al perfume de almendras e incluso hay quien se “arriesga” y pide algo para picar en lo que llega la hora de comer que a decir verdad, ya se está pasando. No nos decidimos si comer aquí o bajar a algún pueblito a deliciarnos con la cocina loca. Al final, la brisa fresca nos ha dado vigor y nos ha regresado las ganas de seguir con el paseo, no sin antes deleitarnos una vez más el espléndido paisaje que se aprecia desde lo alto de la ciudad. Regresaremos a Taormina ¿Cuándo? No lo sé, pero es algo que seguro haremos.

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