Tangmo, China
Tangmo es otro pueblito antiguo en el que hay que pagar la entrada para visitarlo (unos 60¥), había muy pocos turistas y el pueblo no nos impresionó tanto como Chengka, aún así nos gustó y difrutamos del paseo que hicimos por el lugar visitando un puente antiguo cubierto muy lindo (Gaoyang) con su casa de té, los diferentes laboratorios de caligrafía, negocios de souvenirs y otras cosas. Tal como en Chengka, cuentas con un mapita que te señala los puntos de interés a visitar y si se desea se puede dormir en el pueblo por tan solo unos pocos yuans, pero no se los recomiendo mucho porque la gente del lugar es un poco desconfiada de los turistas occidentales y encontrar un lugar para dormir puede resultar un poco díficil.
Apenas entramos vemos gallinas sueltas aquí y allá que picotean la tierra en busca de lombrices para comer. Las puertas de las casas cayéndose, las pinturas descascaradas de las paredes y en general todo nos hace notar que estamos en un pueblo antiguo (eso y el ticket que hemos apenas pagado). Curiosamente nos enteramos que el mapa del lugar está impreso en el reverso del ticket y que no es tan fácil leerlo o siquiera entenderlo, así que nos resignamos y empezamos a caminar con la esperanza de poder entender algo de lo que nos ofrece el pueblo.
Caminamos por la Calle del Agua que a pesar de todos los cambios que ha sufrido en el transcurso de los años, conserva aún su encanto, tal como los habitantes del lugar conservan sus costumbres y tradiciones. Vemos como la gente del pueblo no se inmuta siquiera con nuestra presencia y continúan a hacer sus actividades diarias: Lavan la verdura en el río, hacen sus trabajos, platican en los portales, ven simplemente pasar la vida. Hay momentos en los que nos sentimos como que estamos en una de esas películas chinas antiguas.
Nos detenemos en las tienditas de souvenirs, nos llaman la atención un par de cosas pero recordamos que no estamos siquiera a mitad del viaje y quien sabe cuantas cosas más veremos que querremos comprar. Max y yo sacamos fotos aquí y allá, nuevamente no hemos tomado guía, así que poco tenemos que contar de aquí que no saquemos de internet porque en realidad, cuando visitamos el pueblo bien poco supimos. Aún así, la tranquilidad del lugar como siempre nos deja con un buen sabor de boca. Es lindo el pueblito y lleno de atmósfera.
Siguiendo el río Tanganxi nos encontramos varios puentes a lo largo del canal, entre ellos el más famoso, el hermoso puente Gaoyangqiao donde además con un poco de suerte se puede asistir a una ceremonia del té en la maravilla casa de té que alberga. Este puente es imperdible y motivo de tantas fotos, visitar este puente y en general todo el pueblo significa gozar de un lugar que ha mantenido su existencia simple y tradicionalista habiendo cambiado tan poco en el transcurso de los años.
El paseo nos está dejando gratamente sorprendidos, será porque habíamos llegado con tan pocas expectativas y poco a poco en el paseo nos hemos dado cuenta que bonito es este lugar y que tranquilo. Patios, jardines, pabellones, a veces con un aire de abandono que los hace incluso más encantadores. Max y yo nos sentamos en uno de esos patios y nos quedamos ahí por unos minutos sin decir nada, gozando solo de la quietud y del silencio.
Llegamos al final del pueblo y nos encontramos cara a cara con unos puentes maravillosos de piedra en los cuales estaban labrados una serie de caracteres chino que naturalmente no entendimos pero que le daban a todo un toque muy auténtico y antiguo. Aprovechamos que no había absolutamente nadie en los alrededores y nos sacamos un montón de fotos como recuerdo. En esta zona está también el jardín Tanganyuan que es imperdible de visitar y donde pueden hacer unas fotos maravillosas, además de gozar de la naturaleza tan relajarte alrededor.
Jane nos esperaba a solo un par de pasos de ahí, con su incansable sonrisa que era una especie de broche de oro para todas nuestras excursiones. Dejamos Tangmo con tristeza porque quien sabe cuando (o si) regresaríamos, pero alegres al mismo tiempo por habernos dado la oportunidad de conocer este maravilloso lugar.