Spoleto

Abro los ojos, medio dormida aún y veo solo un 9 grandote que me guiña desde el reloj de mesa a mi lado. Pego un salto de la cama mientras despierto suavemente a mi marido: –¡Max! Son las nueve, nos hemos quedado dormidos. LEVANTATEEEEEEE!-.

Nos duchamos, le dejamos de comer a la gata, agarramos nuestras cosas preparadas la noche antes y emprendimos el camino directo a Spoleto.  El sol de la mañana ya empieza a calentar con sus tímidos rayos, las calles de Roma están desiertas al ser domingo y nosotros no tardamos nadita en alcanzar la autopista donde haremos la primera parada para echar gas al carro y regalarnos una bien merecida collazione all’italiana (cappuccino e cornetto).

‘Piazza del Mercato’ con su ‘Fontana con Orologio’

Llegamos a Spoleto, dejamos el carro en uno de los estacionamientos cerca del centro y nos disponemos a perdernos por sus calles empedradas hasta la hora de la comida. La primera cosa que visitamos es la Piazza del Mercato, con su Fontana con olorogio. La fuente y reloj ahí presentes son de una fecha más “reciente”, o sea, del 1746; mientras que la antigua fuente y reloj databan del siglo XIII. Negocios aqui y allá, algunos cerrados por ser domingo, otros abiertos, pero lo que más nos sorprende es el escaso turismo que hay a esa hora (siendo después de las 11am). El clima es fresco, la ciudad está rodeada de verde y nosotros vamos en sandalias (es aún septiembre! ¿Qué no?).

Llega la hora del aperitivo y se comienza a ver más gente en el centro. Barecitos con mesas afuera que se llenan de turistas decididos a vivir a pleno el bel far niente. Restaurantes con sus menús afuera e iglesias que comienzan a cerrar sus puertas porque es casi la hora de comer. A este punto, solo queda escoger entre la vasta variedad el restaurante que nos ofrecerá sus delicias. Paseamos por Corso Mazzini che junto con Piazza della Libertà y Piazza Mentana hacen un conjunto llamado centro alto de Spoleto, mientras que Piazza y Corso Garibaldi forman el de centro bajo. El hermoso cielo azul y el espléndio día de septiembre invitan a quedarse en la calle o mejor aún, a sentarse fuera de uno de sus múltiples barcitos a tomar algo y disfrutar la tranquilidad del día.

En Corso Mazzini además de los varios negocios para hacer compras, se atraviezan algunas callejuelas bastante pintorescas, por ejemplo Via dello Sdrucciolo, Via del Mercato o Via Plinio il Giovane, llevando cada una a otros puntos de interés muy lindos para visitar. Caminamos en busca de algo que nos inspire y yo solo de ver la cuesta abajo hacia donde vamos hace que me tiemblen las piernas al pensar en el regreso. Le digo a Max: -mejor será que encontremos algo porque sino de aqui me vas a tener que llevar de regreso al carro cargada en la espalda!-

Cual turistas despistados decidimos de caminar un par de cuadras más a ver si la suerte está con nosotros. Afortunadamente, en una de las callecitas adyacentes vemos un tímido letrero escrito a mano que rezaba Osteria Vecchio Camino con una flecha que indicaba los metros distantes. Y así, allá fuimos.

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El servicio estuvo un poco lento porque resultó que tenía lugar una comida de cumpleaños con una mesa de unas 20/p y pienso que la cocina no se daba abasto, pero eso fué una pequeña pega en comparación al trato tan cordial de su propietario y la atención del mesero que nos tocó. Debo decir nos hicieron sentir de verdad bienvenidos y como si fuéramos viejos clientes. A continuación nuestra comida completa:

2 platos de prosciutto crudo. Ok, esto no lo pedimos nosotros pero el propietario estaba cortando el jamón en la mesa de sus clientes del cumpleaños y yo creo que nos vió las caras de “aaahh yo quieroo esooo!” que se apiadó de nosotros y nos dijo: -¿Quieren probar el prosciutto?, está hecho localmente con cerdos que crío yo mismo-, obviamente dijimos que si he aqui que comenzamos la comida con uno de los jamones más ricos que haya probado últimamente.

Tabla de antipasti de la taberna. Varios embutidos, cebollas fritas, ricotta, pecorino madurado de 4 años, crostini con paté de trufas y olivas, pasta brisé con salchichas y radicchio, scamorza al horno con miel y nueces, peperoni rellenos de atún, hongos en aceite de oliva y confitura de sambuco.

2 platos de pasta. Max pidió strangozzi (hechos en casa) con espárragos, salchichas y trufas (d-e-l-i-c-i-o-s-o-s) y yo pedí orejitas con pesto, tomatitos y ricotta salada.

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Para asentar el estómago nos deleitaron con un visciolino local con biscottini tipo tozzetti. Regalo de la casa. Y de postre compartimos un pastelito de chocolate y amaretti, también regalo de la casa porque según el mesero era el último que les quedaba.

Todo esto rocíado de un vino blanco de la casa,agua y acompañado de pancito con aceitunas y pizza blanca hecha en casa. Precio total: 37.50€

De notar la bellísima vajilla de cerámica pintada a mano que usan. La taberna (osteria) Vecchio Camino se encuentra en Via della Posterna 21 y si un día se animan a ir a Spoleto no se la pueden perder.

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Luego de comer retomamos la visita a la ciudad no sin antes pararnos en un barcito a tomar un café. Improvisamente (y no sé porque….) mi cámara se quedó sin batería así que el resto del paseo tuve que conformarme con el celular de Max porque para variar no llevaba tampoco el mío…

Spoleto tiene muchísimo que ver y lo más seguro es que un día completo no baste, aún así, estando tan cerca de Roma lo más seguro es que regresaremos.

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Información útil para visitar Spoleto

En el portal turístico de Spoleto encontrarán toda la información útil para visitar esta hermosa ciudad llena de edificios e iglesias antiguas. Ahí pueden ver como llegar desde diferentes puntos de Italia, así también como donde dormir, donde comer, donde estacionarse (si van con carro) y varias cosas más. El portal está en lengua local e inglés.

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