Puebla de Zaragoza, México

Puebla nos recibió a la hora de la comida con un cielo hermoso, calles llenas de historia y desafortunadamente para Max, ¡ya sin Chiles en Nogada! Que le vamos a hacer, el plato más típico del lugar se le vuelve a escapar a mi marido por la enésima vez. Aún así Puebla tiene gastronomía que ofrecer y sitios que visitar dentro y fuera de la ciudad. Para empezar nos esperaban ya en casa de una amiga de Roxana a comer enchiladas de mole poblano y huazontles (una hierba mexicana) con quesito y salsa de tomate, y de ahí en adelante fué un disfrute al paladar con la variedad de comida que nos ofreció México en este viaje.

En puebla pasamos unos días estupendos, nos hospedamos los cuatro en un hotelito a solo dos pasos de la Catedral el cual nos ofrecía una vista estupenda desde la terraza y donde por cierto les recomendamos ampliamente. Esta ciudad ofrece mucho y tres días no fueron suficientes para conocerla completamente ya que también sus alrededores son imperdibles, por tal motivo decidimos de visitar solo lo que pudiéramos y acordamos de regresar la próxima vez que estuviéramos en México; además, por motivo de las fiestas (Día de Muertos) algunos lugares como la Biblioteca Palafoxiana estaban cerrados y nos desacomodaron los planes, pero aún así pudimos dar una probadita de lo que ofrece la ciudad y sus entornos.

Catedral de Puebla

Catedral de Puebla

Su nombre completo es Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Puebla. Ahora aprendanlo de memoria. Esta hermosa catedral fue consagrada en 1649 y es uno de los inmuebles más importantes del centro histórico, además de ser considerada ella misma un museo, por los bellos e importantes tesoros que guarda. Sus grandes puertas entableradas, los ornamentos sacerdotales cosidos con oro y plata, los cálices y cruces bañados en oro e incrustados con piedras preciosas, todo ello son prueba de la riqueza y opulencia del lugar.

Una de las fachadas de la Catedral de Puebla

Los Portales de Puebla

Ese año pasaron muchas cosas en este país. Entre otras, Andrés y yo nos casamos. Lo conocí en un café de los portales. En qué otra parte iba a ser, si en Puebla todo pasaba en los portales.

Así empieza el libro Arráncame la Vida de Ángeles Mastreta y así es como yo, luego de muchos años de haber nacido mexicana y de haber vivido en esas tierras, me obsesiono para ir a Puebla y visitar sus portales. Al fin de cuentas, si Catalina decía que todo transcurría ahí en esos portales, es porque algo de razón tenía.

Sentarse en sus portales fue una de las cosas que más nos gustó de nuestra visita en Puebla. Tomar chocolate con churros en una de sus terracitas mientras admirábamos el hermoso zócalo y la Catedral es algo de lo que todavía hablamos Max y yo.

Es aquí donde comimos y cenamos casi todos los días. Estos portales albergan historia y tradición. Aquí encontrarán cafés, restaurantes y bares donde podrán saborear las delicias poblanas.

Pasear por sus calles

En Puebla es cuestión de salir y caminar para sentirse en un ambiente local. Las callecitas, los edificios históricos, la gente del lugar, los locales, las casas de colores intensos. Todo ello resulta tan hermoso que uno no quiere regresar al hotel. Max y yo estuvimos una mañana entera recorriendo solos el centro porque Rox y Agustín estaban ocupados con un compromiso de trabajo; a la hora de la comida nos dimos cita en uno de los portales para comer los cuatro juntos y terminar la tarde visitando otros lugares de la ciudad.

La Villita

Si algo no le falta a Puebla son iglesias, esta de la foto de abajo por ejemplo es hermosa y se llama Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como La Villita. Su hermosa fachada adornada de Talavera, azulejos y petatillo (ladrillo rojo) es lo que atrae la vista no apenas se acerca uno al lugar. Esta iglesia, como su nombre lo indica, está dedicada a la Virgen de Guadalupe, por lo que cada 12 de Diciembre (día de la Virgen) se llena de fieles que vienen a rendirle homenaje.

La Villita

Templo de Santo Domingo y la Capilla del Rosario

Visitamos este lugar por recomendación de Roxana (que no nos pudo acompañar) y como siempre, fue todo un acierto. La Capilla del Rosario es una maravilla que no se deben perder, una joya y obra maestra del barroco novohispano en México. Durante nuestra visita, Max hizo algunos videos y tomó algunas fotos que subió en Instagram. Yo les puedo solo decir que este lugar es algo que no se deben perder en su visita a la ciudad de Puebla.

Museo Amparo

Durante nuestro último día en Puebla quisimos ir a la Biblioteca Palafoxiana, que como les comentaba al inicio, no fue posible porque estaba cerrada; así que nos fuimos al museo Amparo donde pasamos toda la mañana y admiramos su colección de objetos prehispánicos además de algunas obras modernas. Terminamos la visita tomando un cafecito en su maravillosa terraza desde donde se puede apreciar gran parte del centro de Puebla.

Dijimos adiós a la ciudad no sin antes darnos un paseo por el Mercado de Artesanías el Parián para comprar recuerditos y como no, algunas cosas de Talavera. Puebla nos gustó muchísimo y lo más seguro es que regresaremos porque definitivamente nos hemos quedado con ganas de más.

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *