Palinuro

El viernes pasado dejamos atrás una muy lluviosa Roma muy temprano por la mañana. Luego de la muy obligada parada para nuestro cappuccino tomamos la autopista un poco preocupados al ver que tiempo tan feo hacía. En la autopista la lluvia fuerte y el viento nos hizo replantearnos si era una buena idea nuestra escapada a Palinuro o si mejor lo dejábamos para otro día. Nuestro replanteo fué en silencio y duró solo unos segundos, estábamos tan contentos de salir de la ciudad que el solo pensar en tener que cancelar todo nos ponía las caras largas. Luego de algunas horas manejando entre nubarrones, viento fuerte y lluvias aqui y allá, la voz de El Boss se escucha despacito cantando, Max sube el volumen y justo en ese momento, como por arte de magia, el sol hace su aparición triunfal: Estamos a 15min de Palinuro y el paisaje nos corta el aliento. Estamos en otro mundo. Las últimas notas de Waitin’ on a Sunny Day nos dejan con una sonrisa en la boca y la emoción anticipada de lo que encontraremos atrás de esas montañas.

Llegamos a nuestro hotel y la primera cosa que yo tenía ganas de hacer era zambullirme en esas aguas azules. A veces se me olvida que no estamos en el caribe y que aquí el mar es frío la mayor parte del tiempo, así que con mucha pena pero me he quedado con las ganas de bañarme en ese mar, el frío del agua ha podido más que mis ganas, así que en los siguientes días me tuve que acontentar con tomar sol en las tumbonas y tomar Spritz para aprovechar las largas horas. Que no me quejo, oye, peor hubiera sido que ni el sol saliera, en cambio nos regaló varios días lindos.

La leyenda dice que Palinuro era el querido timonel y amigo de Enea, quien perdió la vida porque el dios del sueño lo obligó a dormir con música y dulces palabras para después echarlo al mar. De esta manera se cumplió lo que el destino había vaticinado: Para que Enea llegara a Lazio un troyano tendría que morir. Enea, dandose cuenta de la ausencia de su amigo lo busca y al no encontrarlo imagina su muerte. En realidad, come se cuenta en La Eneida, Palinuro nada hasta la costa, donde lo matan los habitantes de Velia para después dejarlo sin sepultura en la playa; por este motivo, cuando Enea baja a los infiernos y encuentra el fantasma de su timonel, este le suplica de buscar su cuerpo y darle una sepultura digna para que su alma pueda descansar en paz.*

Cielo azul brillante, bugamilias (una de las flores favoritas de mi mamá), limones del Cilento y aguas turquesas es lo que vemos todos los días apenas asomamos la cabeza por la ventana de nuestra habitación, por la noche el perfume de jazmines nos inunda la habitación. Aquí el tiempo se ha detenido un momento para poder apreciar las cosas sencillas. Caminando por la arena y sintiendo el sol del día no hago otra cosa que repetirme cuanto son afortunada de poder hacer esto. Atesoro recuerdos, para que me ayuden en los momentos díficiles.

No todos los días estuvieron así, hubo uno que nos quiso entristecer pero no le dejamos. Nos calzamos los zapatos y nos fuimos a explorar un poco las desiertas playas y los acantilados. El cielo gris y encapotado nos regaló un par de postales, de esas que no se venden en ninguna esquina pero que sin vergüenza alguna las pones en el álbum de fotos familiar. Palinuro es un lugar hermoso, no importa el tiempo que haga y caminar por las playas desiertas tiene también un poco de magia.

En Palinuro disfrutamos de una bellísima vista de la bahía y de unos atardeceres que quitaban el aliento por lo hermoso que eran, así también como de su cocina a base de pescado y su arena fina y blanca en algunas de las playas. En este periodo del año hay muy poco turismo pero en verano el lugar cobra vida y es punto de vacaciones para familias enteras. Su principal atracción son las excursiones a las grutas marinas, mismas que nos perdimos porque el mar en esos días estuvo siempre agitado y no se permitían las salidas en barca del puerto. No importa, eso nos da una excusa más para regresar a Palinuro.

Que comimos y donde dormimos:

En Palinuro se encuentran varios restaurantes que sirven platos típicos de la zona y sobre todo se especializan en la preparación de pescado. Los precios en este periodo del año son bastante aceptables pero no estoy segura si es así también en pleno verano cuando se sabe, el turismo es abundante. Para ponerles un ejemplo: Tabla de salumi y quesos para dos + 1 plato de pasta + fritura de calamares y camarones + 1/4 vino blanco y 1lt de agua+ 1 caffè y 1 limoncello =37€

Muchos de los restaurantes tienen terrazas con vista al mar y me imagino que en temporada alta toca reservar.

Para dormir encontrarán lugares para todos los precios y gustos, desde agriturismos y villas en las afueras del pueblo hasta hoteles Best Western como La Conchiglia (donde estuvimos nosotros).