Oaxaca de Juárez, México

Llegamos a Oaxaca luego de varias horas por carretera, la ciudad nos recibe vestida para la celebración del Día de Muertos, por lo tanto vemos aquí y allá guirlandas de flores de Cempázuchitl, calaveras de azúcar y todo lo relacionado con esta fiesta tan particular de mi país. Nos instalamos en un hotelito en pleno centro de la ciudad que nos habían conseguido unos amigos de Roxana y que resultó ser un encanto de lugar. Teníamos 4 días enteros para conocer la ciudad y sus alrededores y que nos bastaron para dar una probadita porque en realidad Oaxaca es una ciudad y un estado al que facilmente se le pueden dedicar semanas.

Como casi siempre, la actividad más importante en cualquier lugar que visitamos es salir y recorrer sus calles. Oaxaca no podría ser la excepción. Junto con Rox, Agustín y unos amigos del lugar formamos un grupo y nos lanzamos a la aventura de caminar por el bello centro histórico de Oaxaca. Nos recibe la ciudad con sus edificaciones pintadas de colores, adornado todo con flores y con un ambiente festivo. Luego de algunos minutos de paseo entramos a un barcito a tomarnos algo y a relajarnos.

Visitamos también algunos negocios de artesanías y nos deleitamos con lo preciosas que son las casas por dentro, con esos patios tan típicos, llenos de plantas y flores, fuentes aquí y allá. El día nublado hizo el resto para hacernos sentir en un ambiente otoñal, a pesar de que el termómetro marcaba sobre los 34°C ¡Vaya si hacía calor!

Me entretuve sacando un poco de fotos mientras los demás compraban recuerditos, más tarde nos esperaba una rica cena en uno de los restaurantes más particulares que hemos estado y donde pudimos además apreciar un hermoso Altar de Muertos que adornaba la entrada al lugar.

Iglesia de Santo Domingo

Nos llevaron luego a la Iglesia de Santo Domingo, visita obligatoria si se encuentran en la ciudad de Oaxaca. La fachada del templo es sobria y sencilla construida en piedra, pero una vez entrando nos encontramos con la rica opulencia característica de la arquitectura barroca novohispana que como siempre nos deja con la boca abierta. Este templo ha sido escenario de algunos sucesos importantes en la historia de México, por lo que les recomendamos vayan con una buena guía (o contraten una antes de entrar) para poder apreciar en su totalidad este maravilloso lugar.

Los Lavaderos

Al día siguiente decidimos ir todos a desayunar al hotel Camino Real porque Roxana nos quiere mostrar una cosa que nos dejó gratamente sorprendidos: Los lavaderos del Ex-convento de Santa Catalina. Este lugar pasó de ser un convento a una cárcel, el Palacio Municipal y hasta un cine, para llegar a ser lo que es hoy, un hotel. En uno de sus hermosos patios se encuentra una edificación octagonal con una hermosa cúpula, ahí encontraremos los doce lavaderos que anteriormente usaban las monjas.

Se respira tranquilidad y paz en este hermoso patio, el verde de las plantas contrasta con el terracota de las macetas y la piedra de los pisos. Es fresco y si no hubiera sido porque aún no habíamos siquiera desayunado y aún nos quedaban cosas que ver en la ciudad, me hubiera quedado ahí gustosa todo el día. Hoy este hermoso hotel junto con sus lavaderos son un Tesoro Nacional de México, si van a Oaxaca no se lo pueden perder y de paso desayunar (o alojarse) en el precioso hotel.

Hay muchas cosas que se me han quedado guardadas en la memoria de nuestro viaje a Oaxaca, sin lugar a dudas una de esas ha sido la compañía que tuvimos. Roxana, Agustín  fueron los mejores acompañantes que pudimos haber deseado en este viaje. No solo eran entusiastas como nosotros de ver cada día cosas nuevas o de probar cuanto platillo se nos haya antojado, sino que nos dimos cuenta de que nuestros gustos son muy similares, quizás es por eso que los quiero tanto, como si fueran mi propia familia. Guardo un especial recuerdo cuando entramos en una mezcalería por el centro y nos sentamos todo el grupo (Rox, Agus y sus amigos de Oaxaca) a tomar un refrigerio y descansar del paseo.

Corredor Turístico Macedonio Alcalá

Caminar por una ciudad es un placer doble si además encontramos zonas peatonales, como este maravilloso andador que conduce hacia el Zócalo. Visitar sus tiendas de artesanías, museos, restaurantes y otros sitios de interés, además de admirar la hermosa arquitectura de esta ciudad que cada día nos deja más y más enamorados. Siendo además una temporada festiva, las calles las encontramos llenas de color y fiesta, el turismo por todas partes nos hace sentir además seguros y nadie como los mexicanos para además, hacerte sentir bienvenido. Esta calle llena de arte, gastronomía, cultura y arquitectura es la arteria más importante de esta ciudad. Aquí desembocan o tienen inicio las calles más importantes de Oaxaca.

Los mercados típicos en la cd. de Oaxaca por su parte les van a ofrecer una ojeadita al ir y venir de cada día en Oaxaca y les van a colorear el iris con tantos y tan brillantes colores. En dichos mercados pueden encontrar de todo -desde chapulines salteados con chile, quesos, aguas de sabores, panes típicos, chiles de un verde inimaginable – hasta  artesanías con colores explosivos y diseños sin igual.

Un tip: El mole en Oaxaca es toda una cultura y hay unas 7 variedades a la par de sabrosas lo que hace casi imposible el decidirse por uno al momento de leerlos en los menús, por lo tanto yo les recomiendo ir a restaurantes donde hay pruebas de mole. Dichas pruebas son gratuitas y te las sirven en pequeñas vasijas de barro junto con tortillas de maíz para que pruebes cada uno de los tipos y entonces si pidas el que más te haya gustado.

El Zócalo

En nuestro último día nos encontramos primero cara a cara con la Catedral de Oaxaca, su verdadero nombre: Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Su construcción se inicia allá por el 1535 y tuvieron que pasar casi exactamente dos siglos para que fuera finalmente consagrada. Su construcción requirió además de detalles europeos, como los candiles florentinos y los canceles de hierro forjado, además de la imagen de bronce fundido de la Virgen de la Asunción (de donde toma nombre la catedral) que es obra del artista italiano Todolini. Es un edificio muy bello y la luz de la mañana nos permitió fotografiarlo con una atmósfera casi “celestial”.

Una vez terminada nuestra visita de la Catedral nos fuimos directamente a desayunar al Zócalo, ahí al lado. Tal como en muchas ciudades de México, los corredores con sus arcos albergan no solo negocios varios sino restaurantes donde se come delicioso y donde la atmósfera mexicana se puede apreciar en pleno: Niños pidiendo juguetes, un globo, un títere, un silbato…parece que nos hemos quedado un poco en tiempos pasados. Los vendedores ambulantes con sus carritos de fruta y otras botanas ya a esa hora han comenzado a trabajar y se hacen notar.

Nos sentamos en ese restaurante que ven en la foto, el de la fachada azul y empezamos nuestro día con un abundante desayuno, como solo en México es posible. Nuestros amigos oaxaqueños han regresado a su rutina diaria y nosotros dentro de poco haremos lo mismo. En unas pocas horas regresaremos a Cd. de México para pasar la noche ahí y emprender el viaje de regreso a Aguascalientes al día siguiente.

Oaxaca fué desde el inicio nuestra meta más esperada y planificada, pasar el Día de Muertos en dicho lugar significa empaparse de un poco de la cultura de México, conocer más sus habitantes, costumbres y tradiciones. Desde aquí queremos dar las gracias a los amigos de Rox y Agus (Armando, su esposa, su hermana y su cuñado) quienes no solo nos brindaron su valiosísima guía, sino que nos trataron como es costumbre, de maravilla!.

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