Bhaktapur, Nepal
Desde que decidimos de ir a Nepal sabíamos que queríamos evitar a toda costa de alojarnos en Kathmandu, por ello buscamos información y pedimos consejos de donde sería un buen lugar en el valle para quedarnos y he aqui que hace su aparición Bhaktapur.
Esta ciudad conserva aún su encanto cuando por la tarde la mayor parte de los turistas regresa a la caótica Kathmandu dejando Bhaktapur con su gente regresando a casa del trabajo, encendiendo lámparas de aceite (en Nepal cortan la electricidad por algunas horas todas las noches) y sus olores a condimentos para la cena.
En Bhaktapur encontramos un hotelito gestionado por un italiano y un nepalés que desde el inicio respondieron todas mis dudas vía email. Dicho hotel tiene su punto fuerte en la limpieza y servicio que proveén, la primera es una gran suerte vista la escasez de ésta en todo el país y la segunda es solo la manera que tienen los nepaleses de recibir a su turismo: Haciéndolos siempre sentir bienvenidos.
Desde aqui queremos darles un millón de gracias por todas sus atenciones, especialmente a Martin quien es el encargado del restaurante y cada día se gana nuevos amigos con su manera tan dulce de tratar a la gente.
Llegamos a Bhaktapur un día antes de que empezara el Festival Tihar y en los días siguientes las calles estaban llenas de perros y vacas que lucían sus tikas y sus collares de flores, era algo muy curioso de ver, sobre todo porque estos animales son (como las gallinas y cabras) los dueños absolutos de las calles, ellos pueden estar durmiendo tranquilamente a media calle sin molestarse en quitarse porque obstruyen el paso.
Gaj Puja o Laxmi Puja
El día más importante del festival donde se veneran a las vacas pues éstas son consideradas como la madre de los hombres y simbolizan el bienestar de estos, las vacas son además los animales más sagrados para los hinduístas y por añadidura son los animales nacionales del Nepal. Temprano por la mañana se les bendice con una tika en la frente y una guirlanda de flores entorno al cuello, las vacas (como a los perros en el día anterior) se le da de comer fruta y otras cosas deliciosas.
Las casas se limpian a fondo y se adornan con luces (como las de navidad), linternas y flores. Al caer del sol, en el piso de la entrada de las casas se pintan símbolos con arcilla y se pone una lámpara encendida, así como también se cuelgan lámparas y luces en todas las ventanas. La plaza Taumadhi se llena de vendedores de fruta y ambiente de fiesta, los negocios se adornan con flores en sus paredes y se encienden lámparas de grasa de yak en las entradas de estos. Todo es festivo, deliciosamente colorido y particularmente feliz.
Una de las cosas más bonitas y particulares es ver a grupos de niñas y jovencitas (todas preciosas!) vestidas con sus mejores ropas que van por las calles cantando las canciones tradicionales Deusi y Bhailo (normalmente los niños cantan Deusi y las niñas Bhailo) a cambio de donos como fruta, arroz, selroti (pan de arroz) y pequeñas propinas.
El festival es en todo el país, pero nos sentimos muy afortunados de poder asistir a este día precisamente en Bhaktapur cuando al caer la noche casi todo el turismo se va y la átmosfera que envuelve el pueblo es definitivamente contagiante.
¿Que se hace en Bhaktapur?
En Bhaktapur como en todas las ciudades turísticas encontrarán guías que por 5dlls/persona los llevan a recorrer las plazas, templos y lugares más notorios del lugar mientras saludan aquí y allá a amigos y parientes que encuentran por la calle, se nota entonces como todavía esta ciudad tiene ese calor de los viejos pueblos donde todos se conocen. La Lonely Planet tiene un tour de seguir pero nosotros por más que tratamos no logramos ubicarnos y saber por donde empezar, al final ya cansados de intentar seguirlo decidimos de hacer lo que hacemos siempre y “perdernos” por las callecitas, en esta manera visitamos todos los lugares de interés que hay en el pueblito como las diferentes plazas, templos y santuarios.
Una de nuestras actividades favoritas era ir por la tarde y sentarnos en la Durbar Sq. desde donde veíamos ponerse el sol mientras los turistas se iban del pueblo y la gente del lugar regresaba a sus casas, luego el lugar caía en una atmósfera única porque la escasez de luz obligaba a poner lámparas de aceite por todos lados dando al pueblo un aire muy sugestivo.
En este pueblito se respira aún aire de campo, apenas en las afueras hay varios campos de arroz y mujeres trabajando desde la salida hasta la puesta del sol. Para entrar al pueblito hay que pagar una cuota de unos 15dlls pero si están hospedados en el pueblo (dentro o fuera del centro) pidan a los de su hotel que les hagan la tarjeta que les permitirá de entrar gratis todos los demás días de su estadía.