Long Beach, Ca.

Como una gran parte de los mexicanos, tengo la mitad de mi familia que vive en Estados Unidos. Entre hermanos, tíos, primos, sobrinos y todo el paquete de parientes adjuntos que viene con ello (incluyendo varios estadounidenses que a los pobres les tocó caer en esta familia latina) creo que llenaríamos un estadio pequeño. Muchos de estos primos, sobrinos y tíos no los había visto en años, otros no los conocía y otros tantos seguí sin conocer. El caso es que los Estados Unidos nunca fueron objeto de nuestro interés para ir a visitar y como siempre teníamos a México para ver a la parentela, pues se fueron pasando los años sin que se nos ocurriera ir para allá. Hasta hoy.

Hicimos maletas y aterrizamos en el aeropuerto de Los Angeles una fresca tarde de otoño, a solo unos días del Thanksgiving para pasar las fiestas en casa de mi hermano y su familia. Ahí pasamos unos de los mejores 15 días de nuestras vidas, no solo porque verlo después de muchos años y volverlo a abrazar me trajo recuerdos tan preciosos de mi niñez que lo único que los entristece es el no haber decidido años antes de hacer este viaje. Pero traigo también tantas memorias lindas de este viaje que no me bastarán los años para acabarlas, me traje además una hoyo tremendo en el corazón cuando tuve que despedirme de todos, incluso de gente que jamás nos había visto en su vida y que nos aceptó y nos dió cariño como si de su propia familia se tratara. Amigos nuevos, familia nueva, cariño a raudales. No puedo sino estar agradecida de todo ello.

Long Beach tiene varias cosas que ofrecer como visitar el Queen’s Mary (donde pude experimentar por primera vez el cine en 4-D con la película Polar Express), pasar el día en el Acuario o visitar su zona marítima donde podrán pasear por la playa, patinar o andar en bici en las pistas que corren a lo largo de ella, sentarse a tomar una cerveza en algunos de sus restaurantes o bars de la zona, visitar el faro (y su famoso restaurante!) o simplemente sentarse en una banca a disfrutar de los hermosos atardeceres que brinda el Pacífico. En realidad hay muchas más cosas por hacer y de seguro no se aburrirán ningún día y les faltarán horas para disfrutar de todo.

Paseo Marítimo

Long Beach no sería tal sin su paseo marítimo, como toda ciudad costera de California que se respete, Long Beach cuenta con una zona con muelle que es la cereza del pastel. Nosotros íbamos casi a diario caminando desde casa de mi hermano, solos o con mi familia. Es de verdad muy linda esta zona y siempre la encontrábamos casi vacía, me imagino que por ser otoño, en verano me han contado que el ambiente es un poco diferente.

Ahí mismo se encuentra el Shoreline Village que es un grande conjunto de negocios y restaurantes que destaca por su pintoresco diseño de pueblo pesquero pero que en realidad es una zona un poco cara. En todo caso, si no tienen intención de hacer compras o comer en alguno de sus muchos restaurantes, el paseo es gratis, así que porque no aprovechar e ir a disfrutar del lugar gratuitamente, desde aquí además se pueden hacer unas fotos del Queen Mary y del Parque Acuático.

El Restaurante Parker’s Lighthouse es seguramente el lugar más fotogénico de todo el conjunto, además que si quieren probar la cocina local de pescado este sería un buen lugar donde hacerlo. De lunes a viernes ofrecen además la happy hour de las 3 a las 7pm e incluyen no solo bebidas sino también entremeses y botanitas. Se van a dar cuenta de que el restaurante toma el nombre porque precisamente enfrente tienen la isleta con el faro de Long Beach que fue construido solo con fines estéticos, es también un pequeño parque donde se puede ir a pasear mientras se visita la zona o a hacer un picnic durante el día.

La playa

La playa de Long Beach es de seguro linda de ver, aún en otoño o invierno si no pueden entrar a darse un chapuzón en el Pacífico podrán al menos pasear por la zona playera y sentirse unos verdaderos californianos. Seguramente la playa de Long Beach es menos atractiva de otras playas del estado, pero aún así a mi se me hizo linda y los atardeceres como siempre eran un espectáculo. Por la tarde es más bonita en mi opinión, porque se puede pasear con más tranquilidad y sobre todo encontrar estacionamiento barato. En verano -me contaba mi sobrino- esto se llena de turistas y locales paseando en bicicleta, patinando y tomando el sol en la arena blanca.

Queen Mary

Fuimos al Queen Mary a pasar una tarde y nos divertimos mucho, este transatlántico británico anclado en Long Beach desde 1967, cuando navegó por última vez desde Southampton, es hoy en día un hotel, restaurante y museo. Luego de haber brindado servicio desde las décadas de los 30’s hasta los 60’s precisamente. Cuando Long Beach compró el barco decidió de transformarlo en una atracción, en lugar de seguirlo usando como transatlántico y luego de mucho trabajo (y problemas con sindicatos y demás), lo convirtieron en lo que es hoy.

Llegando al frente de la taquilla vemos las opciones de boletos y vista la hora decidimos de comprar la entrada normal que además incluía el acceso al cine 4D que entonces estaba proyectando la película Polar Express y que nos dejó gratamente sorprendidos ya que nunca antes habíamos asistido a una función 4D. Junto con la entrada nos dieron también la audio-guía que nos lleva dentro el barco explicándonos la historia y dándonos información de cada uno de los puntos importantes como la sala de máquinas, el puente de mando, los camarotes, etc. Siento no tener fotos del interior (que además estaba todo adornado para Navidad) pero es que de verdad es todo tan divertido que se te pasa el tiempo volando y no te acuerdas siquiera de tomar fotos!

Paseando de Proa a Popa nos damos cuenta que hay un grupo de chicos vestidos iguales con traje y con sus respectivas damas de honor, ya, en el Queen Mary se pueden casar. Y bueno, siendo además un hotel y restaurante este bonito barco, hay paquetes para bodas que te incluyen todo, desde la capilla para casarte, hasta el banquete y las suites de Luna de Miel.

Mientras paseamos por fuera nos damos cuenta de que desde ahí se pueden hacer unas fotos lindísimas de Long Beach, además que desde la popa se aprecia también el Scorpion, un submarino anclado justamente junto al Queen Mary, nosotros no fuimos a este porque no teníamos mucho tiempo y pensamos que tal vez regresaríamos después. Otra de las atracciones que nos perdimos (porque ya no alcanzamos la última entrada) es el tour Ghosts & Legends, que seguramente es emocionante de hacer.

Downtown

Visitar el centro de Long Beach es seguramente algo que se hace por inercia si se visita la ciudad. Aquí encontrarán diversión para varios gustos: Museos, restaurantes, tiendas, galerías, eventos, mercadillos, etc. Una cosa que me sorprendió mucho fué encontrarme con que todo mundo (o al menos casi todos) es bilingüe y el español está presente no solo como segunda lengua hablada en la ciudad sino que los letreros e indicaciones son en ambos idiomas (español e inglés), esto seguramente a la gran cantidad de inmigrantes latinos que pueblan la ciudad y que son el motor de la economía en ella.

Hilltop Park

Mi hermano Salva nos llevó ahí porque a él le gusta mucho ir a correr a esa colina cuando se entrena para el maratón de Long Beach o Los Angeles. Esta colina es perfecta si quieren hacer lindas fotos a Long Beach desde lo alto, en el parquecito hay bancas y el acceso es gratuito, así que si tienen una tarde extra en la ciudad ¿Por qué no venir aquí cuando se está ocultando el sol para hacer un par de fotos? O incluso a cualquier hora, es de verdad un paseo tranquilo.

El Acuario

Fuimos al acuario porque teníamos un día libre sin planes y visto que estaba mi sobrino con nosotros pensamos que sería la excusa perfecta, no importaba que el mentado sobrino tuviera más de veinte años, era nuestro “niño” en el viaje y como tal lo tratamos! Sobre el Acuario de Long Beach les puedo decir solo que la parte educativa está muy bien organizada y es perfecta para enseñar a los niños (incluso a los de veinte años) la importancia del océano como forma de vida, además, poder interactuar con rizos y estrellas marinas es algo divertido, poder tocar a los pequeños tiburones es algo que no se hace todos los días. La parte que ya no me gustó fué precisamente la del “Zoo” donde morsas y focas dan espectáculo varias veces al día, nosotros no lo vimos porque no quisimos participar en ello pero de todos modos no nos gustó que tuvieran esa actividad.

Y bueno, este mega-post es de lo que nosotros hicimos en Long Beach durante nuestra primera visita, pero en realidad hay muchas más actividades y seguramente esto les dará solo una idea inicial para que ustedes mismos se preparen su itinerario.

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