La garganta de Vintgar, Eslovenia.

Apenas llegando al departamento donde alojamos, el hijo de la dueña nos da un poco de información sobre las atracciones del lugar, entre estas la que más nos llamó la atención fué la Garganta de Vintgar. El nombre nos atrajo muchísimo y según este chico se encontraban a algo así como diez minutos a pie, perfecto para empezar nuestro viaje en Eslovenia.

Según sus explicaciones teníamos solo que salir de la calle y voltear a la izquierda, de ahí eran tipo 5 minutos a pié hasta la iglesia de Santa Catarina, luego de nuevo a la izquierda por otros diez/quince minutos y ¡listo!…NADA QUE VER. Para llegar a la dichosa iglesia había que subir una colina destruye-piernas, que bueno, si bien era pesada la verdad es que valió la pena porque el panorama desde arriba es este:

De la iglesia de Santa Catarina se abre el camino hacia el bosque que en mi opinión se parecía mucho al Bosque Negro de los libros de Tolkien, pensándolo bien, incluso el nombre parece salido del Señor de los Anillos, la Garganta de Vintgar bien podría haberse encontrado en el camino hacia la Montaña de Fuego.

Entramos en el bosque y casi enseguida soltamos a Taita, esta parte del paseo para ella será divertidísima (y también para nosotros) vistos los charcos de lodo y las hojas que volaban y había que atrapar. Siguiendo el sendero de vez en cuando nos parecía de escuchar crujidos como de pisadas y sonidos extraños, casi me esperaba que de un momento a otro se nos haría presente un orco o Legolas, sin embargo eran solo alguno que otro runner o excursionista como nosotros.

El sendero es muy fácil de seguir una vez que te das cuenta de que las indicaciones están pintadas en los árboles, al final desciendes un poco y por fin se llega a la entrada/salida de la Garganta, se pagan 5€ del billete y se comienza la visita.

La Garganta es larga de 1,6 km, está entre las paredes del monte Hom, Borst y la torrente Radovna. Esta torrente durante su recorrido forma también algunas pequeñas cascadas (la más alta se llama Sum y es de 13 mts. de altura), además de rápidos y curvas con colores verdes y azules, muy bellos de apreciar. Todo se puede ver tranquilamente paseando por la pasarela de madera que siguen el curso del agua. A Vintgar encontramos no solo atracciones de la naturaleza sino también aquellas creadas por el hombre, por ejemplo el espléndido puente de piedra a forma de arco del ferrocarril contruído en 1906.

Caminar por la Garganta es una experiencia muy bonita que te pone en contacto directo con la naturaleza y te hace entender la fuerza de esta. Hacerlo con una labrador de 6 meses que además es super inquieta, lo hace todo un poco más estresante. Tienes que controlarla constantemente porque ella lo único que quiere es echarse un clavado en el agua, además de estar siempre atentos cuando se encuentra con otros perros o con señoras un poco enojonas que te miran como si trajeras amarrado un tigre y no un perro. Se necesita calmarla constantemente porque para ella todo es nuevo y excitante.

Una vez terminada la ruta se regresa al punto de partida, entonces la subida es ahora bajada, se entra de nuevo en el Bosque Negro y se retoma el sendero. Estás tan cansado que no te importa que tu perro se revuelque como un marranito en cuanto charco lodoso encuentra y del color miel que normalmente es, se convierte en…bueno, en color lodo. Continuas a caminar ya más por inercia que no otra cosa y al final ahí está, la pequeña iglesia de Santa Catarina.

Mientras te preparas para descender la colina, das una última mirada hacia atrás y entonces la ves, una chica con el pelo largo y negro que corre y que te parece que tiene las orejas puntiagudas, se da la vuelta para mirarte y espera…¿Es eso un arco?. No…no puede ser, será el cansancio…¡¿Entonces ese enano con una hacha en la mano que sale del bosque?!.

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