Koh Samet, Tailandia
Me despierto y no reconozco la habitación. Trato de recordar donde estoy, entonces el ruido de las olas del mar rompiéndose en la orilla de la playa me ubica: Estoy en Koh Samet. Oh…ya recuerdo, ya recuerdo el viaje en autobús y lo pesado de la mochila ¿Cómo se me ocurrió el traerme TODA la mochila a este mini-viaje? Pudiendo dejarla en Bangkok y ahorrarme el estrés de saltar de un bote al otro mientras trato de no caerme al agua y decir adiós a un costoso equipo de fotografía. Ya recuerdo Paty y Tim, una pareja super simpática que conocí en el ferry. Ya recuerdo la primera sensación de mis piés desnudos en la arena blanca y ese baño al caer el sol en las aguas turquesas y tibias de la isla…ya recuerdo, si.
Koh Samet es una isla de Thailandia en la provincia de Rayong. Inicialmente mi plan era irme más al sur y encontrarme con una amiga en Koh Tao pero las muchas horas de viaje sola me hizo declinar e irme a una isla más cerca, así que tomé la mochila y me subí a un autobús que en tres horas y media me dejó en el muelle para tomar el barco que me llevaría a la isla.
Una vez en la isla tomé un taxi (son unas camionetas verdes) que me dejó en mi hotel. Yo ya llevaba la idea de buscarme una de las playas más solitarias, así que me fuí a Ao Wong Duan y ahí me quedé por varios días. Del hotel les digo bien poco porque fué una pésima elección, pero la playa era linda, tranquila y justo lo que quería para desconectarme un poco del caos de la ciudad.
Bañarme en aguas turquesas, sentir la arena fina y blanca bajo los pies descalzos y comer pescado y mariscos ricos a poco precio. No hay diversión mayor en la playa que escogí. No hay ruido y no hay mucho que hacer. Es perfecto.
Paso las horas viendo el mar, sintiendo la brisa fresca y observando a los pocos viajeros que como yo, han escogido este pedazo de paraíso. Ni siquiera tenemos puesta del sol porque se oculta de la otra parte de la isla! pero vaya, que igualmente los atardeceres son hermosos con esa luz única y los amaneceres son silenciosos y brillantes.
Desayuno, como y ceno en el mismo chiringuito al lado de mi bungalow. Ahí regalan las sonrisas y el buen trato que les faltan a los que gestionan mi hospedaje. Huevos con verdura, pan tostado y jugo de mango por las mañanas. Pescado, mariscos y carnes por las tardes/noches. Cocina Thai por pocos euros y vendedores ambulantes que pasan pocas veces al día pero que llevan consigo una preciosa y colorida carga de frutas tropicales. Me siento en casa.
Una aventura en aguas turquesas
Al cabo de varios días comienzo a pensar que ya basta de holgazanería y que hay que moverse, así que reservo un tour para conocer las islas de los alrededores y maravillarme con la flora y fauna maritíma haciendo snorkeling.
Pasan a recogerme a mi playita en un bote y me paso el día saltando de este al océano, allá donde el agua es de un azul profundo y hay peces de miles de colores.
Como me hubiera gustado haber llevado una cámara de esas para fotografíar abajo del agua, pero la verdad es que ni siquiera me llevé mi cámara por temor a que se me mojara, así que me conformo con algunas tomas con el celular.
Almuerzo a la sombra de las palmeras el arroz frito más rico de toda mi vida (o habrá sido el hambre que me lo hizo pensar), agrego a raudales la salsa de pescado, esa que lleva los chilitos picados y que es la base de todos los platillos Thais. Me harto de piña y sandía, siempre a la sombra de las palmeras tomo una siesta antes de continuar hacia la siguiente isla.
Me hago un corte profundo en un dedo del pié, no deja de sangrar y me comienzo a preocupar, mira si no termino en el hospital…Por fin la sangre se detiene y yo regreso al agua, los tiburones -mi peor pesadilla- no me pasan por la cabeza, estoy tan a gusto que hago caso omiso a todos los cortes que me hago en las plantas del piés con las rocas y los erizos. Al final del día me regresan medio muerta de cansancio a mi playa, veo el vendedor de Rotis y compro e inhalo uno en cuestión de segundos, estoy tan hambrienta! Ceno y me voy a dormir a eso de las 9. Mañana me regreso a Bangkok.