Huangshan, la montaña amarilla en China
Visitar Huangshan fué desde el inicio de nuestro viaje mi meta principal y no veía la hora de que comenzara la aventura. La montaña es meta turistíca de grandes y pequeños y solo los más osados (y en buena forma física) se atreven a subirla caminando. El camino no es díficil y se puede hacer incluso con tenis (zapatillas de deporte) o también unos buenos zapatos de trekking son una muy buena opción. En la montaña dormimos en una habitación común, separados y solo quería mencionar que es importante que reserven antes de subir la montaña (de preferencia días o semanas antes) ya que se pueden encontrar con que los hoteles están llenos y les queda solo la opción de dormir en una tienda de campaña afuera del hotel. De cualquier manera, cuando nosotros fuimos estaban construyendo un hotel nuevo y vista la velocidad de los chinos a botar y reconstruir edificios pienso que a estas alturas ya habrán terminado.
Para acceder a la montaña primero hay que tomar un autobús (13-15¥) en un pueblo llamado Tangkou que los llevará a la entrada misma donde decidirán si subir la montaña a pié o en teleférico. En cualquiera de los dos casos hay que pagar una entrada de 230-250¥ (30€ mas o menos) + el tele (sobre los 60¥) por persona. A nosotros nos llevó hasta la misma taquilla Jane, quien se quedó con nuestras maletas en su taxi dejándonos solo con una mochila y la bolsa de la cámara para ir más ligeros.
Hay varios senderos que llevan a la cima de la montaña y nosotros al saber que no estábamos en condiciones de subirla a pié nos decidimos por hacerlo con uno de los varios teleféricos disponibles (Taiping). Cabe mencionar que si bien se puede subir con el tele no está dicho que ya la tienes resuelta puesto que el cable llega solo a un cierto punto, luego de ahí toca subir a pié varios kilómetros (dependiendo del tele que tomen), pero bueno, para quienes no están acostumbrados a este tipo de actividad (como nosotros) el tele es la mejor opción.
El camino es en realidad una serie de escalones que suben y bajan en diferentes partes de la montaña y que dependiendo de la hora (o la fecha en que se visita) se pueden encontrar super traficados de turistas (en su mayoría del país) y con cero indicaciones en inglés. El estar muy traficado de turistas no es garantía de no perderse puesto que muchos lo que están haciendo es paseando por las diferentes vetas que se encuentran en la montaña o incluso estarán perdidos como unos mismo, por ello, aqui un tip MUY útil: Sigan (o pregunten) a los cargadores de mercancía que encontrarán a lo largo del camino, en todo caso disfruten del paseo que es hermoso.
La cosa mejor de hacer cuando se tienen planes de subir la montaña es de empezar a subirla temprano por la mañana y llevarla a su ritmo si la suben a pié, luego tener ya una habitación reservada en los varios hoteles que se encuentran en la cima, descansar si se desea y luego hacer alguna excursión a alguna de las vetas cercanas. Irse a dormir temprano para despertarse antes del alba y ver la salida del sol en lo alto. Es por esto mayormente que se va a dicha montaña, el espectáculo del mar de nubes, sol y naturaleza que brinda el panorama es algo por lo cual vale la pena la subida.
Nosotros subimos con el tele y luego de ahí al hotel subimos caminando lentamente y parándonos (o debo decir -parándome-) cada 5 minutos a tomar fotos. Habíamos reservado una cama en una habitación que albergaba 6 camas. Hombres y mujeres duermen separados en estos casos y si debo ser sincera me arrepentí enormemente haber querido ahorrarme unos euros y no haber tomado una habitación solo para mi y mi marido, pero luego de haber visto los precios (unos 100€ por noche en habitación doble) la verdad es que se me hizo caro por un hotel de….2 estrellas? En todo caso, había un baño en cada habitación y luego de darme una ducha y de cenar unos crackets y un té de jazmín (Max se portó valiente y se comió una sopa instantánea jaja) me dormí profundamente.
Me desperté antes de las 4am y ya Max estaba esperándome afuera, luego de desayunar galletas y café nos dispusimos a subir los 2-3km que habían del hotel al mirador. Desafortunadamente el día decidió de comportarse mal con nosotros y no nos regaló el tan ansiado mar de nubes, el sol no quiso salir inmediatamente y solo lo hizo cuando estábamos bajando, aún así, el espectáculo fué hermoso.