Hongcun, China
Hongcun es lo que se dice un verdadero pueblo turístico, la cantidad de turistas que encontrarán en este lugar le quitarán mucho encanto pero no se preocupen, el pueblo da mucho para disfrutarlo plenamente. Fué aqui donde se filmó El Tigre y El Dragón, a nosotros no dió la impresión de que en China basta que se haya filmado algo en alguna parte para que ello automáticamente atraiga cantidades industriales de turismo, bien por ellos, pero los precios se multiplican y lo dejan a uno con un mal sabor de boca algunas veces. La entrada al pueblo nos costó 150¥ pp.
Apenas Jane nos deja en el estacionamiento y vemos la cantidad de carros y autobuses turísticos que se encuentran ahí, nos damos cuenta que este pueblo no será como los otros que hemos estado visitando hasta ahora. Hongcun está en todas las guías turísticas como un imperdible en China y tienen razón, el pueblito es encantador y su historia es única, particular y tremendamente bella. Esta hermosa y antigua villa fue fundada durante el período de la dinastía Han por la familia Wang que se encargó además de hacerla rica y próspera gracias a que contaba entre sus miembros a varios mercaderes y dignatarios importantes. Hoy en día, Hongcun forma parte del los Pueblos Antiguos de Anhui y desde el año 2000 es parte del Patrimonio de la Humanidad.
Hongcun (leemos en la guía) forma un conjunto de naturaleza y arquitectura en forma de buey, el cuerpo entero son las casas edificadas, la cabeza es la colina de Leigand con dos árboles que forman los cuernos, mientras que los hermosos cuatro puentes sobre el arroz Jiyin hacen las veces de las patas del animal. Para terminar con esta curiosa conformación, los lagos representan el estómago. Todo esto hace que encontremos muy interesante el pueblo.
Los habitantes del pueblo tratan de llevar su vida normalmente, ignorando en su mayor parte a los turistas y haciendo su vida diaria como siempre. Nos tocó ver a una anciana lavando los platos sucios de la comida en el estanque, de la misma casa y a los pocos minutos salió un señor y se lavó los dientes con agua del mismo estanque y ahí mismo, a la vista de todos. Los desperdicios de comida que van a terminar en el agua alimentan a unas carpas gordas y grandes.
Caminamos sin rumbo fijo perdiéndonos en las callecitas del pueblo, curioseamos en los negocios, leímos la guía, platicamos con un par de turistas e hicimos muchas fotos. Llegando al estanque más grande vimos un grupo de gansos que se mezclaban con los turistas y los locales, acostumbrados al caos, como verdaderos patrones del lugar. Vemos también en los templos y en plena calle, la ropa tendida (incluso la íntima) que se sacaba al viento, inmune a las miradas curiosas de los turistas.
Aquí en Hongcun como en casi todos los pueblos que hemos visitado, vemos muchos estudiantes de pintura enfrascados en su bella labor, pintando su entorno al aire libre. Desafortunadamente, nos damos cuenta también que los pinceles los lavan igualmente en el estanque, contaminando aún más si se puede esas pobres aguas. A pesar de su gran aflujo turístico, Hongcun no ha perdido su atractivo de pueblo antiguo. La arquitectura de sus templos y casas, las decoraciones tradicionales y el trazado de sus calles son parte de su magia única. Seguramente vale la pena quedarse una o dos noches, cuando la mayor parte de los turistas se va y quedan solo unos pocos. Me imagino esas calles iluminadas con las linternas, el chirriar de los grillos y la quietud de la noche, seguramente hará de todo una experiencia más auténtica.
Ahora voy a decir algo que nunca pensé en decir y es que normalmente en nuestros viajes las compras las dejamos para el penúltimo o último día, en China fué un grave error puesto que habiendo visitado tantos lugares y en diferentes regiones, la cosa más inteligente de hacer era de comprar lo que me atrajera en los diferentes puntos, cosa que no hice y de la cual me arrepentí más adelante. Bueno, pues aqui en Hongcun hay unos negocios que venden zapatos de tela (tipo cholas –ver esta foto-) con unos diseños encantadores y de los cuales no me compré ni un par porque pensé que de todos modos más adelante los encontraría. No fué así y aún ahora lloro solo de acordarme que bonitos eran y que tonta fuí al no comprármelos. Si te gustan este tipo de zapatos y visitas Hongcun, comprálos! no son para nada como los que venden en los negocios chinos de tu ciudad, estos se ven mucho más bien hechos y el material es de una calidad diferente (o al menos esa fué mi impresión).
