Ex Convento de Cuilápam, Oaxaca
El Ex-convento de Cuilapám es un antiguo convento en México situado en el municipio de Cuilápam de Guerrero, en la región de los Valles Centrales de Oaxaca. Este edificio del XVI siglo es de dimensiones impresionantes, entre sus espacios arquitectónicos más característicos está la llamada Capilla Abierta, un tipo de construcción religiosa característica de los primeros años después de la Conquista; esta capilla fue construida con el fin de reunir el mayor número posible de nativos en un solo espacio para convertirlos al catolicismo.
El convento de Santiago Apóstol inició a ser construido entorno al 1530 y era para poder hospedar el orden dominicano que era el encargado de evangelizar a los nativos de Oaxaca. Se encuentra en la ciudad de Cuilápam de Guerrero, donde el 14 de febrero fue asesinado el ex presidente mexicano Vicente Guerrero, héroe de la guerra de Independencia. La primera sección construida fue la capilla abierta a la cual fueron agregados consecutivamente una basílica, un claustro, un hostal para los peregrinos y un noviciado. El templo, al igual que la capilla abierta fue destinado también a la evangelización en un gran espacio religioso al abierto. Fue precisamente en una de las celdas del convento donde Vicente Guerrero estuvo prisionero antes de ser fusilado en la ciudad de Culiápam.
Fuimos a visitar el Ex-convento de Cuilápam luego de pasar la mañana en Monte Albán ya que se encuentran muy cerca el uno del otro, Roxana y Agustín obviamente ya conocían el lugar pero para nosotros era la primera vez y puedo decir sin dudas que fue una experiencia muy interesante e inolvidable.
Como muchos de los edificios de Oaxaca, el convento de Cuilápam fue realizado en piedra esculpida de los artesanos indígenas. La iglesia tiene una fachada en estilo plateresca, la basílica tiene una sola planta a tres naves, mismas que están separadas una de la otra con arcos, estos últimos esculpidos con motivos geométricos. El templo además tiene dos torres circulares en las que en un tiempo habían dos campanarios. Cada torre está terminada en una vuelta cónica que está coronada a su vez con una cruz. En una de las paredes podemos ver aún restos de antiguas inscripciones que se presume fueron hechas por los Mixtecos.
Lo que más llama la atención a primera vista es lo vasto del lugar, amplio y tranquilo. Apenas entramos nos dirigimos dentro la iglesia, entramos y nos damos cuenta inmediatamente que es muy bella y diferente a lo que hemos visitado hasta hoy: La capilla no tiene techo. No lo tiene no porque se haya caído sino porque es así que la proyectaron desde el inicio ya que serviría para evangelizar y convertir al cristianismo el mayor número de nativos. La idea era de hacer sentir a estos últimos como en su casa, por lo que una iglesia completamente cerrada pensaban los haría sentir como en una prisión.
Y es precisamente el estar en esta iglesia al abierto que da un sentido nuevo y diferente a la religión, en nuestro caso nos hizo sentir menos “oprimidos” y más “expuestos” a la presencia del Señor. La falta de pinturas, estatuas y decoraciones lujosas no hacen del lugar algo menos bello, sino todo lo contrario, le dona una sensación más de espiritualidad; además, si se tiene la suerte (como nos pasó a nosotros) de ir cuando hay un hermoso cielo azul, es misma sensación de tranquilidad y bienestar te invade y no te deja más.
Dejamos la capilla para ir a visitar el resto del complejo, primero entramos en el claustro, una construcción de dos pisos con dos filas de arcos. Muy bello y amplio, el claustro era el centro vivo del convento. Desde los corredores bajo los arcos se abren las puertas que llevan a varias habitaciones, sea aquellas comerciales o compartidas como el comedor, la capilla de oración, las aulas, etc. hasta las de uso privado como las habitaciones del Prior.
Entrando al claustro y en esas habitaciones cerradas me invade una sensación de claustrofobia, pienso es normal ya que hemos pasado de un espacio abierto y luminoso a otro estrecho, cubierto y en ciertas zonas, obscuro, como las celdas de los frailes.
Subiendo escaleras aquí y allá llegamos hasta las enormes terrazas sobre el claustro y me sorprende mucho el panorama. Imaginándome como podría haber sido todo esto algunos siglos atrás cuando los únicos ruidos eran los relinchos de los caballos o el mugir del rebaño; la mirada que se posaba hacia la naturaleza circundante y te sentía estar en paz contigo mismo y con el resto del mundo. Mientras me encontraba absorto en estos pensamientos comenzó a sonar la alarma de algún carro en el estacionamiento, regresándome tristemente a la realidad.
Es de particular interés la estatua y el lugar de conmemoración donde fue ejecutado el líder de la Independencia Vicente Guerrero. El líder estuvo además prisionero por un tiempo en el convento de Cuilápam antes de ser fusilado precisamente el día de San Valentín en 1831. En la sala capitular se encuentra también una pintura a óleo con la foto de este personaje importante en la historia de México.
Este lugar es uno de los que entran en el corazón y no salen más. Es uno de los recuerdos más bonitos que tengo no solo de ese viaje sino de todos los que he hecho hasta ahora. El Ex-Convento de Cuilápam está pocos kilómetros de Oaxaca y yo les recomiendo ampliamente que si tienen la oportunidad lo visiten, encontrarán una atmósfera espiritual y particular que es muy difícil de encontrar en el mundo moderno.