Caltagirone, Sicilia
Nuestro penúltimo día en Sicilia. Mañana emprenderemos el regreso a Roma y ya estamos con las caras largas, así que para no arruinarles el día a nuestros amigos (que se quedan todavía un mes por acá), decidimos de irnos solos a Caltagirone. Fue idea de Max, quiso llevarme a un lugar que sabía me pondría de buen humor, así que aquí estamos, en plena mañana cuando el sol ya está quemando, sacando las primeras fotos de esta bella ciudad.
Estacionamos el carro y nos disponemos a caminar hacia el centro. Lo primero que se nos cruza por el camino hacia el centro es la Cattedrale di San Giuliano, una hermosa iglesia a la que se nos antojó entrar pero que no pudimos estaba cerrada. Seguimos nuestro paseo, apenas rodeando la catedral está el Museo Cívico por si tienen tiempo y ganas de entrar, nosotros no lo hicimos precisamente por falta del primero, no sabíamos cuanto nos tomaría la visita a la ciudad y no quisimos arriesgar a perdernos otras cosas que nos interesaban más.
Me doy cuenta que por las banquetas, en las paredes, en las ventanas, en fin, en todas partes hay cerámicas en forma de objetos, azulejos, baldosas, etc. ¡Me encanta! Entonces Max me explica que Caltagirone es la ciudad de las cerámicas y que es además el productor mas grande en toda Italia. Hay muchos negocios de menudeo de cerámicas por toda la ciudad, si soy honesta no se me hicieron muy baratos que digamos pero al final si compré dos platitos y un recuerdito porque se me hicieron muy lindos.
Nos enteramos más tarde (pasando cerca) que además hay un Museo de la Cerámica que tiene piezas de esta última desde tiempos prehistóricos. Nos hubiera gustado visitarlo, si solo lo hubiéramos sabido antes, bueno, será para la próxima.
Seguimos caminando y persiguiendo la sombra cuando llegamos al lugar más representativo de Caltagirone: La Escalinata de Santa María del Monte.
Esta escalera de más de 140 escalones es una verdadera belleza, cada escalón está adornado con cerámicas que representan escenas de la cultura siciliana y su historia. Las hermosas grecas con motivos folclóricos son un diseño único por cada escalón lo que la hace verdaderamente particular. La construcción de la escalera se hizo en 1608 pero no fue hasta el siglo pasado, en 1953, que se instalaron las cerámicas para adornarla y dejarla así como la conocemos ahora.
Max y yo entramos en un barcito de ahí mismo y nos sentamos a tomarnos un refresco. El calor afuera era agobiante y necesitabamos algo fresco. Me gustó mucho la escalera aunque me dio la sensación de estar un poco descuidada (como muchos monumentos y lugares de Sicilia), pero aún con eso disfruté mucho el estar ahí.
Luego de habernos refrescado un poco proseguimos con la subida llegando hasta la iglesia de Santa María del Monte que data de finales de la edad media y se dice fue construída con piedras de lo que era el antiguo castillo de Caltagirone. Apenas en la cima, un bellísimo mural -naturalmente todo de cerámica- nos esperaba para apreciarlo en todo su esplendor.
El hambre comienza a apretar, es momento de buscar un lugar donde comer. Las calles están semi-desiertas, apenas unos cuantos turistas pasean por ellas, la gente del lugar ya hace rato está dentro sus casas escapando del calor. Nos llega el olor de salsa para la pasta, de asados al horno y otras delicias.
Encontramos finalmente un lugar que nos llama la atención y nos sentamos a disfrutar un rico almuerzo, cansados y sudorosos. Nos queda aún la tarde para disfrutar y queremos sacarle el máximo provecho.
Luego de nuestro almuerzo empezamos a mirar en la guía a donde ir en esa ciudad. Hay varias opciones pero el calor aún no da tregua y luego de la comida estamos en una especie de duermevela que nos ha quitado completamente las ganas de caminar de nuevo bajo el sol.
Villa Vittorio Emanuele
En la guía dice que hay un jardín ahí cerca, a mi que me encantan los jardines y parques se me antoja no apenas la menciona Max y hacia allá vamos tomando la Via Roma. Apenas cruzando la puerta nos invade la misma sensación de siempre cada vez que entramos a un lugar como este: De paz y tranquilidad. ¡Son tan hermosos los parques! Este no es la excepción con sus prados en estilo inglés y su contraste de palmeras, hibuscus y jacarandas…es como estar en un jardín árabe.
Paseamos un poco por el lugar para luego, cansados y embelesados con lo bello del lugar nos acostamos literalmente en las blancas gradas que rodean el Quiosco de la Música, tan bello con su diseño arabesco. En este quiosco se realizan conciertos y eventos en verano. Nos quedamos acostados en las gradas por un buen rato, se escucha solo el trinar de los pájaros y se siente solo una brisa fresca que agradecemos tanto luego de haber pasado tanto calor. Acomodamos la cámara y nos tomamos varias fotografías tontas porque sabemos que nadie nos mira.
Se está haciendo tarde, el sol ya no cala y nosotros tenemos un camino de casi dos horas de regreso a la casa de nuestros amigos. Mañana además dejaremos la Sicilia y nos esperan varias horas en la carretera, es mejor que descansemos bien esta noche. Nos despedimos de Caltagirone prometiendo, como siempre, que regresaremos un día.